Algunas reflexiones sobre el patrimonio y los museos en el contexto actual

Por: Iván Darío López Lugo*

Todo aquello que denominamos como patrimonio, ha tomado una gran relevancia en los últimos treinta años en nuestro país como algo que hace referencia al territorio, a la memoria colectiva y como una herramienta que posibilita entender la diferencia como una característica que alimenta el conglomerado cultural y variopinto que denominamos Colombia, y como instrumento que posibilita el esparcimiento, la democratización del conocimiento y otras tantas ventajas.

A pesar de ello, desde su inclusión en la constitución del año 1991 como algo importante que cohesionaría el país a partir de sus diferencias, o desde su conceptualización en la ley 397 del año 1997 que promovía la descentralización para el cuidado y gestión del mismo y otras modificaciones de esa ley; el patrimonio cultural, material o inmaterial y aquel que se encuentra salvaguardado en los museos de nuestro país cualquier sea su clasificación, se encuentra actualmente en dificultades ya que el sector cultural es uno de los más afectados por el actual contexto mundial que aqueja diferentes ámbitos de la sociedad.

En este sentido, en el panorama nacional se hace evidente la profunda crisis y déficit económico que el sector cultural y de los museos enfrenta gracias a la ausencia de público y a una agenda nacional que no ve en estos últimos una posibilidad real para el cambio y cerramiento de las brechas de desigualdad social. Según algunos informes (1), antes de la pandemia existían en el país 768 museos de los cuales 447 se encontraban registrados en el sistema de información de Museos colombianos SIMCO del ministerio de Cultura; según este informe descrito por el arquitecto Daniel Manjarrés en el periódico el Tiempo, 46 de estas instituciones estarán en riesgo de quiebra y 105 serán amenazadas por cierre a causa de la pandemia sin contar la cantidad de empleos directos e indirectos que se perderán.

Sin embargo, esta dificultad también representa una posibilidad que no ha sido abordada de manera profunda en el sentido de que un museo de carácter abierto, crítico y que cumpla con todas sus funciones sociales en diversos contextos, inclusive el actual, posibilitaría desarrollar la participación y la acción social que lleve a una construcción conjunta que permita conocer nuestras particularidades como sociedad mientras ejercemos nuestros derechos culturales y ambientales de manera libre y equitativa a partir de los conocimientos y redes que en estos lugares puedan ser construidos.

A lo largo de lo corrido del siglo XXI, hemos visto perder en diferentes partes del mundo gran cantidad de bienes patrimoniales e inclusive museos debido a diferentes situaciones. Un ejemplo, es el incendio que sucedió en el Museo Nacional de Brasil que tenía más de 200 años de antigüedad y en el que se perdió un acervo cultural invaluable; o la perdida de otras antigüedades ubicadas en ciudades como Palmira y Alepo en Siria, las tumbas de la ciudad de Tombuctú en Mali, los budas de Bamiyan en Afganistán y otros monumentos destruidos gracias a la acción deliberada del hombre. Hoy en día, ese legado cultural es echado de menos ya que desapareció junto con una gran parte de la historia de la humanidad y con el legado cultural de las comunidades representadas en esos testimonios del pasado.

Actualmente, tenemos una nueva dificultad que debe ser tratada con la seriedad y premura que requiere, pues de lo contrario, nos hará perder o guardar en cajas parte del legado cultural y ambiental de nuestro país que podríamos estar condenado al olvido y al desconocimiento por parte de las generaciones venideras si no se apoyan estas instituciones de manera decidida. Para evitar esa situación, es necesario que la administración pública tome en consideración a los museos y el patrimonio que en ellos se conserva como parte constitutiva de las comunidades incluyendolos en las agendas gubernamentales a largo plazo y no solo en vísperas electorales; es en este momento que se debe entender la gran oportunidad que representan los museos en un contexto en que la educación requiere otras posibilidades desde la virtualidad y fuera de las aulas de clase.

Para lograr la valoración y conservación de nuestro pasado, es necesario entender que cuando hablamos de patrimonio nos referimos a una herencia, a un derecho, al territorio, a la memoria, a la cultura, a las tradiciones, a la educación, es decir, a todos esos testimonios que dan sentido a nuestra sociedad y a nuestra forma de relacionarnos con el tiempo y el espacio, ya que por medio de él, aludimos a las formas en que ha sidio creado, utilizado, habitado, imaginado e interpretado nuestro lugar en el mundo.

*Historiador y contratista del Museo de Ciencias Naturales de La Salle

(1) Manjarrés. (28.10. 2020). ¿qué tanto afecto a los museos la pandemia? El Tiempo. Rescatado de: https://www.eltiempo.com/cultura/arte-y-teatro/que-tanto-afecto-a-los-museos-colombianos-la-pandemia-545847

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